Desde sus inicios y hasta mediados de 1967, los LPs de The Beatles tenían dos versiones, la original y una alternativa destinada al mercado de USA: Introducing The Beatles, Meet the Beatles, The Beatles Second Album, Something New, Beatles 65, Beatles VI; probablemente, todo eso era debido a contratos (money) entre Parlophone-EMI y Capitol Records y no parecería tener mucho sentido pero claro, uno es pobre y no entiende de estas lógicas de los millones.
Entonces, no fue de extrañar que hacia 1966, el álbum Rubber Soul siguiera esos mismos pasos y se proyectara publicarlo como Yesterday and Today, incluyendo temas como Drive my car, Nowhere Man, Doctor Robert, If I needed someone juto con otros que sólo habían sido publicados como singles y temas como Yesterday o Act naturally que eran de discos previos. Una mezcolanza pero, nada fuera de lo normal.
Sin embargo, por primera vez, el negocio se aguó y se generó una controversia de tal magnitud que aún hoy es motivo de comentarios.
Y todo se debió a la portada del álbum.
En marzo de 1966, el fotógrafo Robert Whitaker comenzó una sesión en su estudio para realizar lo que él llamaba una pieza conceptual que había titulado A Somnambulant Adventure (Una aventura sonámbula). Y en esas fotos que incluían a The Beatles vestidos con batas (como carniceros), sonrientes, rodeados de salchichas, trozos de carne y muñecos desmembrados.
Según recuerda John Lennon, ellos estaban encantados con la idea porque salía de lo común y encajaba perfectamente con el humor negro al que los cuatro eran aficionados.
Paul McCartney coincidía Ya había hecho cosas parecidas en otras ocasiones. Recuerdo que una vez Dezo Hoffmann trajo algo de polietileno y nos fotografió mientras lo destruíamos. En las fotos debía parecer que lo estábamos rompiendo todo, pero para nosotros era más que una idea para una sesión..
Sólo George Harrison tenías sus objeciones: Me pareció de mal gusto y una tontería. Todos hicimos estupideces pesando que era genial o interesante, cuando en realidad se trataba de algo tonto o ingenuo, y aquella fue una de las veces. De nuevo me encontré en una de esas situaciones en las que te ves obligado a cooperar porque formas parte de una unidad.
Hasta ahí, todo hubiera sido más o menos normal, extravagante pero sin mayores consecuencias. El problema surgió cuando se decidió usar parte de esas fotos como cubierta del álbum y comenzaron a circular en promociones de distintas revistas.
La censura norteamericana se indignó y el presidente de Capitol, ordenó retirar las copias de las tiendas. Obviamente, nadie se resistió y a los pocos días, apareció una nueva que fue la que se conoció mundialmente.
Claro que más allá de gustos estéticos, lo macabro de esas imágenes tenía antecedentes; Whitaker estaba profundamente influido por Hans Bellmer, un artista polaco, cuya obra La muñeca (1933) y su posterior serie Variaciones sobre el montaje de una menor articulada de 1936 habían causado (y aún causan) revuelo.
Moraleja: todo este lío significó para la compañía Capitol una pérdida (única vez que perdieron dinero con The Beatles) y para los escasos poseedores de las copias que pudieron ser vendidas, una ganancia inesperada porque esas tapas se han convertido en uno de los mas objetos de culto más buscados.