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la beatlemania

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El carnaval de la vanguardia

allá lejos y hace tiempo

El Salón de París era el sitio elegido para las exhibiciones de la Academia de Bellas Artes de Francia y desde mediados del siglo XVIII hasta 1890 fue el lugar donde se celebraba el encuentro de arte más importante de todo el mundo. El Salón era el lugar donde los artistas podían darse a conocer y también el lugar donde era obligatorio mantener las formas, seguir las tradiciones, jugar el juego sin cuestionar nada: un árbol debía parecer un árbol.

Hacia mediados de 1850, un grupo bastante heterogéneo de artistas nucleados en algo que se llamó impresionismo, inició un cambio que se extendió en el tiempo y cuyas consecuencias, de alguna manera continúan hasta hoy. Manet, Renoir, Monet y tantos otros, decidieron pintar las cosas "tal como las veían" y no "tal como eran": un árbol ya no sería solamente un árbol.

El tiempo pasó y el siglo XX trajo otras vanguardias: el anti-arte, Marcel Duchamp, Picaso, Dalí, simbolismo, fauvismo, cubismo, futurismo, surrealismo, dadaismo. Radio, cine, televisión. Los medios se amplían pero, aún así, hay rechazo, caras de disgusto ¿qué es esto? ¿cómo se entiende? En la música pasa lo mismo. La música afroamericana se escucha en privado y se trata de imitar pero sin que nadie se de cuenta. Jazz, rock'n'roll, Elvis sacude la pelvis y encanta a las señoritas. La vanguardia real nunca es popular y, tal vez, el único caso donde esta regla no se cumple es cuando en 1967 aparece Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el primer intento donde unos artistas populares pretenden que su obra sea evaluada con la misma vara que cualquier otra obra clásica.

Casi lo consiguen pero, vanguardia y popularidad, por lo general, no se llevan bien.

Para Richard Goldstein, el crítico del New York Times, el disco era una especie de niño sobreprotegido, un álbum fastidioso: Esta hecho de cuernos y arpas, cuarteto de armónicas, ruidos de animales y efectos especiales fraudulentos.

Se dice que, cuando lo escucho por primera vez, Bob Dylan gritó apaguen eso.

Para Timothy Leary, lider del movimiento hippie, el álbum comprime el desarrollo evolutivo de la musicología y la mayor parte del sonido oriental y occidental en una nueva complejidad timpánica. Los Beatles son mesías divinos, prototipos de una nueva joven raza de hombres libres y risueños.

Todo un poco exagerado pero, lo cierto es que marcó una época aunque, en realidad, no es que ciertas audacias fueran realizadas por primera vez por los Beatles sino que, por primera vez, eran escuchadas globalmente y llegaban a todos.

Por ejemplo, el melotrón, desarrollado por Harry Chamberlin en 1963 debutó en una grabación de The Moody Blues de 1966 llamada Love and beauty. The Beatles lo utilizaron en Strawberry Fields Forever en 1967. En 1964, Robert Moog inventó el primer sintetizador y en 1967 es usado por primera vez en una grabación de The Monkees: Daily Nightly. Una par de años más tarde. George Harrison se compró uno y lo utilizó en Abbey Road.

Pero vanguardismo no es sólo extraños instrumentos, según McCartney, avant-garde es incorporar elementos no tradicionales en la música occidental, disonancias, experimentos atonales, reglas armónicas nuevas. Los 60 eran el momento justo para que esas ideas pasaran a incorporarse al lenguaje musical cotidiano. Hay temas conocidos que continúan con esa línea de pensamiento, Strawberry fields forever, Penny Lane, I am the walrus, prácticamente todas las canciones incluidas en, el proyecto de película posterior a Sgt Peppers y que se transformó en el único fracaso comercial del grupo.

Más o menos para la misma época, el escritor Barry Miles y el diseñador David Vaughan que había pintado el piano psicodélico de Paul McCartney, le preguntó si le gustaría contribuir con una pieza musical para The Million Volt Light and Sound Rave, un festival de arte también llamado The Carnival of Light Rave donde se presentaban obras de música electrónica. Paul aceptó.

Es que no sólo Lennon estaba experimentando con la vanguardia, Paul era un gran investigador, mucho más sistemático que su compañero. Estaba muy interesado tanto en la música concreta (Schaeffer, Stockhausen) como en el free-jazz.

Durante las sesiones de Penny Lane, el 5 de enero de 1967, convenció a los demás de intentarlo y grabaron 13 minutos y 48 segundos de una improvisación totalmente anárquica a la que simplemente llamaron Untitled (Sin título).

Esta misteriosa pieza nunca ha sido publicada, ni siquiera como bootleg y, al día de hoy, sigue siendo la joya más deseada del universo beatlemaníaco, mucho más que los 27 minutos inéditos de Helter Skelter.

En su libro The Complete Beatles Recording Sessions, Mark Lewisohn, dice que escuchó la canción en 1987 mientras recopilaba información y que la composición incluye distorsión, una batería casi hipnótica, sonidos de órgano, una guitarra principal disonante, el sonido de órgano de iglesia, varios efectos y a John y Paul gritando y aullando frases como Electricity!, Are you alright? y Barcelona!.

Otros, la describen como una canción sin ritmo pero percusiva, sin melodía pero llena de fragmentos identificables. La base es un órgano tocando notas de bajo y una batería grabada a baja velocidad a la que se le suman sonidos de eco con los instrumentos normales y las voces de John y Paul llorando, jadeando cerca de los micrófonos. El tema termina con McCartney preguntando al ingeniero del estudio Can we hear it back now? (¿podríamos escucharlo de nuevo?)

Dicen que la cinta grabada en monoural fue enviada a Estados Unidos para transformarla en stereo y que el original se encuentra en los estudios Abbey Road de Londres. Algunos ofrecen en internet supuestos fragmentos pero son falsos, lo más que puede afirmarse es que Revolution 9 incluye el extracto en el que Lennon grita "Barcelona". Ni siquiera se sabe si la obra fue o no fue presentada en el festival aunque los afiches del evento lo promueven como música compuesta por Paul McCartney and Delta Music.

Si bien era la primera vez que The Beatles hacían algo así, luego, volverían a intentarlo con Sgt. Pepper Concentric Groove Sounds y claro, en la conocida Revolution 9. Alguien define a Carnival of Light como una excelente composición avant-garde y otros, como George Martin, como una pérdida de tiempo: Es ridículo, deberíamos hacer algo más constructivo que esto.

En aquel tiempo, sus palabras eran casi una orden así que nunca más se habló del tema.

En 1996 se rumoreaba que Paul McCartney iba a incluir la canción como banda de sonido de un film experimental que estaba realizando con fotografías de The Beatles, algo parecido a lo que había hecho con The Grateful Dead Photo Film usando fotos tomadas por su esposa Linda. Pero, aparentemente, nunca se hizo.

Hace unos pocos años, en el 2002, en una entrevista para Rocking Vicar le preguntaron a Paul si Carnival of light existía o sólo era un mito: Existe, contestó, dura unos 15 minutos y es muy avant-garde, tanto, que a George no le gustó.

Oficialmente es una obra mia, yo propuse hacerla pero todos participamos. No tiene letra ni música, puede clasificarse como ... no sé, como clasificarla, algo parecido a lo que hacía John Cage.

¿Por qué no se ha editado nunca? Iba a incluirse en Anthology 2 pero George la vetó, tal vez, todavía no le llegó su tiempo.

En realidad, muchos creen que habla de George Harrison aunque es más probable que se refiera a George Martin ya que Harrison también era aficionado a este tipo de experimentación y no sólo colaboró con Revolution 9 sino que como solista, en 1969, realizó un álbum llamado Electronic sound donde jugaba con su recientemente adquirido sintetizador. Sea como sea, terminó siendo reemplazada por la versiones instrumentales de Eleanor Rigby y Within you, without you.

Probablemente, si alguna vez se publica, ya sólo tenga valor como curiosidad y a muchos nos parezca un montón de ruidos disonantes que nada significan pero, no dejo de pensar en que pintar árboles que sólo parecen árboles no tiene mucho sentido.

Rubias carnosas bailoteando en MTV; jipjoperos cantando sobre el dolor del gheto mientras sacuden sus cadenas de oro; meneito, meneito, meneito; no pierdo las esperanzas, en alguna parte, debe haber algo diferente, esperando una nueva osadía.

bla bla blabla