Sam Leach era un fanático del rock and roll que se dedicaba a promover grupos y conseguirles presentaciones en los distintos salones de baile y clubs de Liverpool. Naturalmente, The Beatles estaban en su lista de favoritos y entre 1960 y 1963 les organizó shows varios ya que veía en ellos un futuro sobresaliente y esperaba transformarse en su manager.
En 1961 decidió dar un gran salto, llevarlos a Londres a tocar en The Palais Ballroom de Aldershot donde dieron su primer show el sábado 9 de diciembre pero las cosas fallaron; la promoción no funcionó, el periódico local no publicó los avisos que se habían contratado y allí estaba la que sería la banda más famosa de la historia, en medio de un salón absolutamente vacío.
Desesperado, Leach salió a la calle a invitar a la gente gratuitamente y logró reunir a 18 personas que terminaron siendo los únicos espectadores de la historia.
Pese a eso, la banda y sus amigos la pasaron bien; organizaron una fiesta que terminó con una parodia donde se representaba el funeral de Paul.
Obviamente Sam Leach perdió su oportunidad y unas semanas más tarde, Brian Epstein se convertía en el manager del grupo.