La primera vez que Hugo se enteró de la existencia de unos pelilargos llamados Beatles fue en 1963, cuando la dueña de la panadería que había frente a su casa trajo un disco de Inglaterra y gritó: "esto es puro ruido". A Hugo no le pareció lo mismo, le enseño el disco a Pelín y le dijo "vamos a jugar a los Beatles". Osvaldo, el hermano de Hugo agarró la guitarra y llamaron a Caio para que tocara la batería aunque no estaba muy convencido porque no se quería dejar el pelo largo por miedo a lo que dijese su padre.
Se transformaron en uno de los tantos grupos con trajes ajustados y corbatitas que salieron a la calle gritando yeah, yeah, yeah mientras trataban de eludir a la policía que se empeñaba en raparlos.
Pero ellos tenían algo diferente, sabían lo que hacían y, una noche, mientras tocaban en una boite de Punta del Este, Uruguay, unos empresarios argentinos que habían concurrido por casualidad, los contrataron y los trajeron a Buenos Aires.
Al poco tiempo, lanzaban su primer simple, Rompan todo (Break it all) un disco que en principio, sólo se editó en Estados Unidos y en otros países de habla inglesa pero que, junto con su primer álbum, editado muy poco después, se convirtieron en un éxito inmediato por estas tierras. Casi sin querer, habían abierto la Caja de Pandora y el sur también existe, había dejado de ser sólo una frase, por lo menos.
Había nacido una leyenda del rock en castellano: Los Shakers.
El sueño acabó en 1968, con la edición del Sargento Pepper criollo: La conferencia secreta del Toto's Bar.
En mayo del 2005 anunciaron su vuelta a los escenarios.
Hugo y Osvaldo Fattoruso, Roberto "Pelín" Capobianco y Carlos "Caio" Vila, sacaron a relucir la banda que revolucionó la escena musical rioplatense; grabaron Bonus Tracks, un álbum nuevo donde cantan en español y realizaron actuaciones en Argentina y Uruguay.
Antes jugaban a ser Los Beatles, ahora, jugaban a ser Los Shakers.
